Nunca me había desnudado delante de nadie, nunca me había quitado toda mi ropa, toda mi piel, todos mis miedos, prejuicios y escudos. Nunca me había quitado mi caparazón, recuperando historias de mi pasado.
Nunca nadie se había desnudado delante de mi, nunca nadie me había mostrado sus monstruos, sus pesadillas, sus heridas y cicatrices. Nadie nunca me había mostrado de que estaba hecho, los hilos que habían tejido sus historia.
Y era raro, porque sabía que delante de mi estaba otra persona, pero al mismo tiempo era como mirarse a un espejo, tantas similitudes, casualidades, repeticiones. Tan igual pero a la vez tan distinto. Tan simétrico y paralelo, tan conectados...
Fue un momento mágico, sin ninguna duda, que hizo que nos acercásemos mas de mil kilómetros, que atravesásemos la pantalla del ordenador, que estuviésemos uno al lado del otro, tumbados, cogidos de la mano, no quiero pensar que sentiré cuando este momento se repita a 0 mm de ti...
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